El Padre Ángelo D’Agostino: Defensor incansable de los derechos de la infancia

El Padre Ángelo D’Agostino, sacerdote jesuita, médico cirujano y psiquiatra, fue un luchador incansable hasta el final de sus días, por los derechos de esta infancia vulnerable y desfavorecida afectada por el VIH a los que llamó  “los hijos de Nyumbani”.

Luchó con éxito para conseguir los medicamentos imprescindibles antirretrovirales, muy extendidos en el mundo desarrollado e inasequibles en África. También, combatió el estigma que sufrían los niños VIH+, que les impedía asistir a las escuelas públicas en Kenia. Llegó incluso a interponer una demanda legal contra el gobierno de Kenia que, finalmente, ganó en 2004, consiguiendo su readmisión en los centros estatales.  Posiblemente, pudo haber ayudado que el padre D’Agostino llenara la sala del tribunal con los niños de Nyumbani.

En su larga carrera, el Padre D’Agostino ganó muchos corazones y muchos premios humanitarios. Sin embargo, su humildad y generosidad le llevaba a estar orgulloso, exclusivamente, de las caras sonrientes y del futuro saludable de la familia que había conseguido crear en el “Hogar de Nyumbani”.

El Padre D’Agostino: el salvador de los huérfanos del SIDA

En el año 2019, salió a la luz la obra biográfica del fundador de Nyumbani, el Padre Ángelo D’Agostino, que relata el camino que recorrió hasta la fundación de Nyumbani.

Primero, fue el Home, le siguió́ Lea Toto y el Laboratorio y, finalmente, Nyumbani Village.

La visión del Padre D’Agostino fue más allá́ de salvar la vida de cientos de niñas y niños infectados por el VIH.  Su objetivo fue crear una obra maestra para sus “niños” olvidados en Kenia; darles un “hogar” donde pudieran recuperar sus vidas en un entorno familiar, un hogar donde poder vivir acorde a su cultura, y reencontrarse con abuelos o abuelas -otra generación afectada por la gran pandemia-; un lugar que fuera ejemplo de auto sostenibilidad.

Este libro, escrito por Joseph R. Novello, Es un ejemplo y una gran inspiración para nosotros. ¡No dejéis de leerlo!